Cornelio Saavedra puede ocupar la zona que va hasta el río Malleco, lugar
donde refunda la ciudad de Angol, los fuertes de Negrete,
Mulchén y Lebu, en 1862. Por el territorio costero, alcanza a
avanzar hasta el río Toltén. Esta primera ocupación se lleva a cabo con
relativamente poca resistencia, pero luego se produce una sublevación de los mapuches que
habitan las cercanías del río Malleco, bajo el mando
del lonco Quilapán. En el año siguiente más de 1.500 soldados estaban
concentrados en Angol para operaciones en el interior araucano.
En diciembre de 1867 se habían reunido 4.000 a 5.000
guerreros mapuches en la zona montañosa de Chihuaihue, provenientes de Moquehua, Boroa y La
Imperial, los arribanos de Kilapán lograron
coordinar una rebelión con los abajinos costeros al mando de Catrileo, Coñoepan, Marileo y Painemal,
con 3.000 lanzas cruzaron la cordillera de Nahuelbuta al poniente
de Angol y fueron a salir al norte del río Malleco donde
unieron sus fuerzas, lograron victorias
en Traiguén, Curaco y Perasco gracias a su combinación
de la guerra móvil con tacticas de guerrilla.
En enero de 1869 1.500 mapuches son derrotados en
Chihuaihue por el general José Manuel Pinto, los araucanos se reorganizaron y
atacaron Angol, ante esto el Ministro de Guerra, Francisco Echaurren,
marchó con refuerzos a Cautín. En la costa el coronel Saavedra
ocupó Cañete y Tucapel, sofocando la rebelión de 1500 guerreros
en Purén. El 25 de septiembre los mapuches y el ejército
llegaron a un acuerdo en Angol. Kilapán volvió a rebelarse con 3.000 lanzas
siendo derrotados el 25 de enero de 1871 por un ejército de
2.500 soldados en Collipulli. Si en 1869 la guerra ofensiva de
Saavedra (consistente en atacar pueblos, robar ganados y quemar rucas y
provisiones) había sido un éxito al tomar por sorpresa a los araucanos para el
verano de 1870-1871 fue un fiasco, los indios se adaptaron y optaron usulmente
por retirarse y evitar el combate frontal. Las críticas al método usado
por los militares llevó a la disminución de las operaciones ofensivas y a optar
por consolidar las conquistas logradas, se edificaron un gran número de fuertes
y pueblos en la costa de Arauco y en el valle del río Malleco-Traiguén.
Esto trajo una relativa calma en la región por los siguientes diez años.
La Guerra del Pacífico significó que las fuerzas
del ejército de Chile se concentraran en este conflicto en
particular, situación que fue aprovechada por los mapuches para
lanzar nuevos ataques a los puestos ubicados en las zonas fronterizas. Según el
historiador y antropólogo chileno José Bengoa esta fue la primera vez en toda
su historia que los muy descentralizados mapuches se unieron en una sola insurrección.
Esta nueva sublevación ocurrida en 1880 se materializa en pérdidas para ambos
bandos. Pero, una vez finalizada la guerra que enfrenta
a Chile contra Bolivia y Perú, el ejército instruido
por el gobierno de Domingo Santa María retoma en forma vigorosa la
campaña de incorporación de la Araucanía. Quien está a cargo de anexar el
territorio restante es el Coronel Gregorio Urrutia.